Como Ministerio de Economía tenemos un objetivo claro y concreto, que es elevar la tasa de crecimiento potencial de la economía chilena a un promedio del 6% anual.
Para lograr esta meta es necesaria una mayor participación de la población en el mercado laboral, una mayor inversión por parte del sector privado y una creciente eficiencia en la asignación de los recursos, lo que se nutre de innovadores que sean capaces de crear negocios que nunca habíamos imaginado o previsto.
Existe un porcentaje de la población que es innovador por naturaleza y que logra detectar oportunidades donde otros no las ven, sin embargo es un número pequeño. Hoy estamos apostando por que se puede aprender a ser innovador y rápidamente algunas universidades lo han incorporado dentro de sus planes de estudio.
No sólo basta con invertir en capital humano, tenemos que trabajar en que las condiciones para emprender sean más amistosas. Hasta ahora en Chile el camino para iniciar una empresa no es fácil, se necesitan 9 trámites y 27 días hábiles, lo que nos deja muy lejos de países como Colombia o Nueva Zelandia -en este último se necesitan sólo 1 día y 3 trámites-.
Ante tal situación nos hemos propuesto que durante el presente año reduciremos considerablemente los días requeridos para iniciar una empresa. Para ello ya hemos enviado un proyecto de ley que reduce los días requeridos a 16 y posterior a eso presentaremos un proyecto adicional para reducir en 8 días más el plazo requerido.
Hay que tener muy en claro que esta reducción de tramites debe aplicarse también a los emprendimientos que fracasan, logrando que cierren rápidamente y que los recursos productivos queden disponibles para un nuevo emprendimiento. De esta manera, la nueva ley de quiebra buscará reducir los trámites, el tiempo requerido y aumentar el porcentaje de dinero que se recupera.
En conclusión, si logramos reunir mentes brillantes, financiamiento y facilidad para emprender, seremos capaces de cumplir con el mandato del Presidente de convertir a Chile en un país desarrollado.