Hace unos años atrás, asistí a una charla, la cual mostraba un título de esos que te hacen pensar en algún libro de Peter Drucker o Michael Porter, en la que el conferencista era un consultor de amplia trayectoria internacional que inclusive había tenido gran impacto en la India y Brasil. Todos los presentes esperábamos ansiosos con cuaderno y lápiz en mano el algoritmo matemático o la fórmula secreta que nos ayudaría a resolver todos los problemas presentes en nuestras empresas y obtener el tan esperado éxito.
Este consultor, autor de diversos libros que hablaba la lengua castellana a medias y a quien acompañaba una mujer con una especie de vestimenta hindú, comenzó a hablar sobre sus experiencias en otros países, no presento ninguna diapositiva, hizo un avioncito de papel, el cual lanzó a los presentes, contó un chiste y finalizó con una meditación en la que cada uno debía ser el centro del huracán. ¿Cuál creen ustedes que fue el feedback de las personas presentes? Pues, una de las mejores charlas que habían presenciado en su vida y me incluyo. Ahora, ¿Por qué creen ustedes que estos ejecutivos de corbata salieron tan contentos?, pues la respuesta es muy sencilla, una semilla de esperanza había sido plantada en ellos, estaban motivados y lo más importante en calma, como el centro del huracán, a pesar de que todo a su alrededor fuera un caos.
Cuando nos encontramos en calma podemos ver las cosas con mayor claridad y actuar con mayor precisión, por ejemplo, ante una situación de peligro suele suceder un fenómeno en las personas llamado visión de túnel, en el cual nos enfocamos únicamente en el peligro y dejamos de percibir o ver lo que nos rodea, espacio en el cual pudiésemos encontrar una salida a esa situación de peligro. Me parece que en el mundo empresarial sucede lo mismo, a veces tenemos una visión de túnel causada por una situación que nos impide encontrar una salida que nos permita seguir creciendo.
En el país como sabemos se viven tiempos de crisis, inestabilidad e incertidumbre y obviamente no es fácil salir adelante. Pero les pregunto ¿Es la primera vez que se ven amenazados por el entorno? ¿Creen ustedes que todas las empresas privadas en Venezuela han disminuido sus ingresos? Pues en nuestro caso como consultores, puedo decirles que tenemos clientes que han mantenido e inclusive incrementado sus ingresos. Claro que existen problemas de liquidez y problemas en la cobranza pero están vendiendo; y tarde pero seguro el dinero llega. ¿Por qué estas empresas han podido salir adelante en época de crisis? La respuesta es, porque han sabido detectar y luego aprovechar las oportunidades del entorno. No se han enfocado en lo que resalta a la vista, sino que han tenido una apreciación amplia de la realidad, se han enfocado en lo que algunos llaman “the big picture” y se han tomado la molestia de estudiar lo que en artes gráficas se conoce como “espacios negativos” que la gran mayoría ignora, encontrando en lo que pudiese ser una amenaza para otro una oportunidad para su empresa. Si piensan que esto es ciencia ficción, les invito a preguntarle a un economista si en una economía a la baja todo negocio es un fracaso, pregúntenle, si en ese escenario, no surgirán empresas líderes que quizás ni si quieran eran conocidas anteriormente. Ejemplos hay muchos, pero no es mi intención ahondar en el tema económico, ya que para eso están los economistas, que por cierto en Venezuela hay muy buenos pero lamentablemente no todos son escuchados.
Como bien nos da a entender Daniel Pink, hoy en día estamos dejando atrás una era para entrar en una nueva era, la cual no termina de tomar forma pero nos hace saber que está ahí, en frente de nuestras narices y solo aquellos con ciertas aptitudes y formas de pensar distintas a las actuales, liderarán los mercados. Por ejemplo, Apple una de mis empresas favoritas, ¿Cuál es el activo más valioso de Apple? En mi opinión tiene nombre y apellido, se llama Steve Jobs, una persona; y es uno de los grandes problemas hoy en día que esta empresa reconoce. Cuando Steve Jobs enfermó las acciones de la empresa se estremecieron, ya que la confianza de las personas en el futuro de la organización había disminuido. ¿Será que este señor es el genio programando de la compañía? ¿Será que es el gurú de las finanzas en la empresa? No, Steve Jobs fue el joven que no sacó una carrera en ingeniería, medicina, contabilidad o cualquier carrera que nuestros padres y la sociedad nos han mostrado como necesarias para pertenecer a un estrato o una sociedad privilegiada llena de ciertos beneficios pero que tenía una gran curiosidad por los aparatos electrónicos y dedicaba su tiempo a ellos, en una época en que quizás ésto, no era visto como gran cosa, ya que no te serviría para ser doctor o abogado. Es uno de los creadores de la computadora personal, proyecto, cabe acotar, considerado ridículo en sus inicios por las grandes empresas que dominaban el mercado. Es el tipo que cuando se ve forzado a abandonar Apple compra una empresa y crea Pixar revolucionando los dibujos animados en la gran pantalla. Es quien convence a los Rolling Stones, conversando con ellos para poder vender sus canciones en iTunes, siguiéndole así una cantidad de artistas, lo cual aseguraría el éxito del iPod. Es quien hace llorar a personas en un discurso en una universidad de estados unidos. Es quien además de buscar que un producto sea útil, posea un diseño único, tenga una estética, llene emocionalmente al consumidor final.
¿Definitivamente este señor presenta ciertas aptitudes que no parecen muy analíticas no creen? No digo que las carreras antes mencionadas o que las capacidades analíticas no sean necesarias hoy en día pero estoy convencido como muchos otros de que no son suficientes. Me creerían si les digo que GM ha dado prioridad en su nómina a artistas y diseñadores; que Mckinsey&Co ha reducido en la última década el porcentaje de MBA’s en su nómina porque piensan que deben haber otras perspectivas que guíen el futuro y la evolución de la firma. Si no me creen les comento lo siguiente: en un estudio de Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia Emocional, se concluyó que el coeficiente intelectual que se mide en exámenes como el GMAT y otros, tiene una influencia de tan solo 4% a 10% en el éxito de una carrera. Igualmente Goleman y Hay Group en un estudio realizado a un grupo de empresas detectaron que las empresas que eran exitosas dentro del grupo tenían líderes graciosos, sí, como lo oyen, personas con buen humor, divertidas, simpáticas.
Por otro lado, hace unos días, abrí una cuenta en Twitter, en donde las personas siguen a otras personas, ya sea porque les suministran información, son fanáticos de alguna celebridad, etc. Yo por supuesto, comencé a seguir a gurús del ámbito empresarial y consultoría entre otros. Para mi asombro, la persona que más tenía seguidores era un consultor que se dedica a motivar a las personas, este señor, llamado Anthony Robbins tenía casi 1.800.000 seguidores, Tom Peters autor de En Busca de la Excelencia y alguna vez consultor estrella de Mckinsey&Co tenía 15.488 seguidores.
¿Qué está sucediendo? Aparentemente, hay una necesidad emocional más que material insatisfecha en la gran mayoría de las personas. Por ello, debemos enfatizar en las relaciones interpersonales y dar una mayor importancia a las personas en nuestras empresas y fuera de ellas. Las personas, son quienes producen los cambios en una sociedad. Como bien comentaba Kenichi Ohmae en una entrevista: “Adam Smith decía que la mano invisible de Dios maneja la economía, pienso que no es la mano invisible de Dios sino la mano invisible de las masas, si las personas se sienten seguras y llenas de confianza la economía crece.” Debemos hacer, por ende, que las personas se sientan importantes, desde el señor que barre hasta el ejecutivo que dirige el departamento, debemos escuchar cuando nos quieren hablar sobre una idea e incentivarlos, motivarlos a que generen nuevas formas de hacer las cosas. Hay que crear valores en las empresas y modelarlos para que la organización no sea solamente reconocida por sus servicios o productos sino por su gente. Debemos esmerarnos por atender a nuestros clientes porque no solamente queremos vender un producto o un servicio, queremos crear una relación a largo plazo.
Por supuesto, debemos darle suma importancia a la tecnología y mantenernos actualizados, ya que ésta, es nuestra mejor herramienta en lo que ha velocidad y precisión se refiere; y si no seguimos sus pasos terminaremos seguramente fuera del mercado, sino pregúntenle a Kaspárov.
Ya no basta con hacer las cosas bien, debemos ser artistas en lo que hacemos y ver cómo podemos mejorar constantemente, no es suficiente con replicar algo, hay que innovar, juntar lo que otros piensan que no se puede juntar.
Debemos creer en nosotros mismos, más allá de lo que otros piensen.
Las civilizaciones aseguran su supervivencia, al encontrar soluciones a los problemas que se presentan, garantizando así, su evolución. Igualmente las organizaciones deben ser lo suficientemente flexibles para disminuir su vulnerabilidad ante los cambios del entorno, reinventándose constantemente.
Les dejo tres preguntas claves en un negocio:
1) ¿Puede hacer otra empresa lo que usted hace más barato?
2) ¿Puede una computadora o máquina hacer en menor tiempo lo que usted hace?
3) ¿Lo que usted hace tiene demanda?
Alejandro Correa
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