Existen muchas maneras de dar consejos a las personas pero una de mis favoritas, es mediante el uso del humor. En esta ocasión les traigo 10 procedimientos infalibles para destruir una empresa, los cuales describe ampliamente Josep Rosanas en su libro “Cómo destrozar la propia empresa y creerse maravilloso” Disfruten y espero no se sientan identificados.
Conjugar varios de los procedimientos sugeridos puede proporcionar una rapidez y eficacia mucho mayor. Pero podemos garantizar que si se aplican con paciencia, perseverancia, insistencia, ahínco, e incluso testarudez, la solución es la deseada: el destrozo de la empresa, pareciendo sus responsables modernos y maravillosos.
1. Produzca aquello que ya tiene éxito. Imite a los demás, y trate de hacerlo mejor que ellos. Intente quedar bien con todos los clientes potenciales. Así que, no tenga ninguna estrategia y adáptese de manera oportunista. Destruya su competencia distintiva.
2. No se comprometa con el empleado a largo plazo. Contrate y despida dependiendo de cómo van las cosas. No invierta en formación de personal, más que en lo imprescindible para salir adelante y realizar los trabajos inmediatos. Si quiere completar el destrozo, no promueva a nadie de adentro. Contrate sistemáticamente “estrellas” venidas de afuera.
3. Póngase como objetivo maximizar el valor de los accionistas. Para ello, intente que el beneficio trimestral tenga aumentos siempre positivos y nunca negativos. Trate de parecerle bueno al mercado, más no de serlo realmente. De esta manera, en el mejor de los casos, tomará decisiones que maximizarán el beneficio a corto plazo a costa del largo plazo; y en el peor, acabará maquillando la contabilidad y acaso el fraude.
4. Mueva a las personas como fichas. Disponga de ellas a su antojo, que para esto es el jefe. No se comprometa con nadie a nada. Hay que tener flexibilidad para poder hacer siempre lo que parezca mejor. No escuche sus opiniones; y, mucho mejor todavía, finja que les escucha. Si no están de acuerdo con usted, dígales que no tienen visión de conjunto y use técnicas modernas de motivación para combatir la resistencia al cambio.
5. Sea usted un líder carismático, mediático e idiosincrático. Tenga usted grandes ideas. Llévelas a cabo como sea. No deje que nadie se oponga. Elimine toda discrepancia. Premie la fidelidad inquebrantable a usted mismo y a sus proyectos. Hágase propaganda. Salga en los medios de comunicación. No se comprometa con ninguna política, hay que tener flexibilidad para poder hacer siempre lo que le parezca mejor.
6. Sea usted de alta dirección, muy de alta dirección. Nunca descienda a detalles operativos. Esto es para sus subordinados, que deben hacer exactamente lo que usted desea. Desconozca cómo funcionan las cosas. No baje de su oficina, pero métase en cualquier tipo de decisión, por pequeña que sea. Tiene usted derecho, para algo es el jefe. No se fíe de nadie, nadie tiene tanto criterio como usted. Métase en todas las decisiones.
7. Ponga mucha vaselina y ¡sonría, por favor! Debe usted tener una visión total de su empresa, y tener todas las respuestas a punto, no hacer caso a nadie. Pero para ser realmente eficaz en el destrozo, debe complementarse con vaselina. Es decir, no preguntando nada ni haciendo caso, fingiendo. Preguntar sin escuchar, porque el otro no puede tener razón.
8. Adopte usted todas las modas en dirección de empresas que vayan saliendo. Adóptelas de manera puramente mecánica, como tecniquilla prèt-aporter que se puede importar en cualquier empresa sin pensar. Escoja a personas, principalmente traídas de afuera, para que las pongan en práctica, y haga de ellas un grupo de privilegiados.
9. Innove en la empresa de acuerdo a sus caprichos y aquellos proyectos que le hacen ilusión a usted. Si disfraza de nuevo lo que es más viejo que la tos, y que es sabido por todos que a usted le encanta, mucho mejor para un destrozo más eficaz. Mucho mejor si se ve que, además, usted sale ganando y los demás no. Y mejor todavía si “lo nuevo” es poco rentable.
10. Haga benchmarking. Busque como sea datos de la competencia. O incluso de empresas con las que usted no tiene nada que ver, estén donde estén. Compare. Destruya completamente la competencia distintiva de su propia empresa con la excusa de que los demás no lo hacen. Si los demás no lo hacen, es señal inequívoca de que el mercado no lo demanda; por lo que no se debe hacer.
Alejandro Correa
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